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lunes, 21 de noviembre de 2016

Apuntes desde la cuadragésimo séptima planta 12




1.
En la necesaria retirada busco asilo
en los días cerrados con la palabra.

Tan solo la palabra puede manifestarlo todo
-¿A quién le podrías entregar el aire que te
asfixia,
si no a la palabra que buscas?
En el firmamento ruidoso del lenguaje
tu voz interior brota.
Acaricias en la palabra no un mundo indomesticable,
sino la falta de algo urgente, oculto.
La palabra lanza sentencias contra la misma palabra.
No hay senda autorizada para la palabra
a excepción de la prohibida.
Nada ni nadie puede destruirla.
Tan sólo las palabras
exterminan a la palabra.
La voz rebrota con el verbo.
La muerte corrige a la muerte con la existencia
La palabra simboliza aquello que no existe.
Y lo inexistente se transforma en posible.
Cada vez se hace más incuestionable
que la palabra es un maravilloso misterio.
2.
Vengo sorteando calles
abarrotadas de humanos de piel blanca,
soy el hombre de indumentaria oscura.
Alguien que pide sentado en la calle
me aborda
como si viera en mi nombramiento
un extraño dios.
Tenemos gusa
y luchamos como ratas usuales
que se mueren por las migajas
de una barra de pan.
Sale victorioso el vagabundo,
con su mirada de vidrio,
es mucho mas astuto que yo
para abrir el pan y condimentarlo.
Por eso mismo me desvinculo de los objetos
y me alejo de la gente,
con mi atavío negro me hago una manta,
mi cena será un cielo sin estrellas
y un poco de vino.
3.
Ignoro lo que es sentirse nacionalista o patriota:
tal vez sea una añoranza a la infancia
en días en los que te sientes anciano,
una tristeza que trepa por la garganta como el ácido
sabor del güisqui
en las mañanas cosidas a la noche.
La nación es un estado,
un estado de ánimo.
Un viejo patio de recreos dolientes.
La nación es mi casa con sus habitantes:
lugar en el me dan tortilla para cenar.
Una nación es el idioma en el que sueñas.
Y la calle del barrio donde una tarde
bajo un cielo morado
te atreviste a explorar
un mundo distinto por vez primera.
Mi país se encuentra en el cuerpo de Silvia,
su voz es mi himno
y su piel mi bandera.
Cada mañana mi país cruza fronteras
de camino a la oficina
y me convierto en apátrida.
Canet













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