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jueves, 29 de septiembre de 2016

Para la poesía

No existen incógnitas para la poesía 
tal vez decir 
firmamento 
con pájaros bajo los párpados 
ya sea un principio de melancolía. 

Escribir
un murmullo de lluvia
que se haga lágrima
que se haga nido

una bicicleta a solas
en una
ciudad turbia

para la poesía

perros
ventanas
rutinas
ramajes
parásitos
y entrañas

lo sigiloso
y lo no escrito
el titubeo
y la rebeldía

para la poesía
esa acertada pasión por lo que ocurre afuera.

Canet.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Sin título 89




Escribimos y lo soltamos todo 
exponiéndolo a la vista de todos.
E ignoramos qué harán con ello, 
quién demonios lo observa, 
quién lo analiza, qué se considera sobre ello. 
Lo mostramos y ya está, no hay más.
Como los pintores de verdad
que terminan un cuadro
y lo dejan por ahí,
abandonado,
sin importarle cuál será su destino ni su prestigio.

Lo mostramos y ya está, no hay más.

Canet.

Cartas a Ulises L.

Cartas a Ulises L. 

Jamás he sabido qué es lo que escribo. 
Me intimida hasta sonrojarme llamar axioma a Lluvia húmeda. 
También me humilla decirle poesías a mis poesías. 
Jamás he sabido qué es lo que escribo.
De algo que pensé que era cuento-breve,
afirmaron que era poesía-extensa.
Y así gira la vida,
nunca del mismo modo para todos.

...


Se debe ser muy bizarro para acomodarse en este planeta de nadie y de todos,
que no entiende de fronteras, ni sabe de etnias, linajes, dogmas o banderas,
pero quien lo consigue, acaba siendo patriota en cualquier parte.
Y en ello estoy.
Más lejos del género humano que nunca. Más autónomo que nunca.
Y con la tranquilidad al saber que no formo parte de ninguna caterva.

Canet.

martes, 20 de septiembre de 2016

Agosto

Voy a decirle poesía al aura que revolotea entre las nuevas hojas. 
Al gorrión que aletea de rama en rama y desaparece tras el edificio. 
Al piano de Dustin O'Halloran que acabo de reproducir y me propone que escriba. 
Al inesperado silencio de oficina escondido en los días de agosto. 
Al libro de soledades que he olvidado en casa cuando ha sonado el despertador. 
A las carreteras despojadas y al confín nebuloso que enmarca la ventana de ésta torre. 
Nombro poesía al presente y sigo escribiendo.
Canet - Agosto 16

viernes, 16 de septiembre de 2016

Cuando sea mayor.

Cuando sea mayor tendré bigote y una melena generosa,
construiré algo colosal,
escribiré libros
y seré una maravillosa persona.
Me contemplo frente al espejo.
Tan solo una barba,
tan solo un montón de poemas,
tan solo este hombre común.
Canet

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Respetando las distancias


Una señora pasea, se detiene, parece que observa.
Sé bien que no puede verme, porque no me mira.
Me pregunto si hay algún incendio en alguna de las muchas ventanas.
Me pregunto si hay algún sensato en el tejado con los brazos en cruz a punto de saltar.
Dos gorriones saltan, se paran, parece que se entienden. 
En seguida se desplazan con agilidad cerca de una mancha negra que hay en el pavimento.
Todos ahí, respetando las distancias.
Una señora, dos gorriones y esa torre negra, 
rajando el cielo por la mitad.
Canet.

martes, 6 de septiembre de 2016

Mis dos manos.

Lo que tú eres y cómo eres, 
lo conocen mis manos sobradamente. 
Ambas diestras y versadas en ti. 
Comprenden la prudencia de tu cabello, 
la tersura de tus muslos, 
la correspondencia descifrable de tus manos. 
Mis manos, viajeras infatigables
de los senderos de tu cuerpo, 
cónyuges de las palabras que te digo y escribo, 
explorador de ramajes salvajes 
para enredarlas en tus ojales. 
Mis dos manos. 
Las observo cuando quiero mirarte.
Son mi espejo.
Y son el oráculo de mis anhelos.
Son los ojos que leen las páginas de tu piel 

y son el lapicero que escribe en ella mis poesías.

Canet
a S.R.L

viernes, 2 de septiembre de 2016

Este miércoles.

Este miércoles sabe a homicidio.
La mañana se ha extraviado en un atajo.
El canto de la brisa suena a perro malherido
y daña como garras en la costra,
me acuchilla en la carne algún lamento
¡si por lo menos enmudeciera la brisa!

Este miércoles huele a nigromancia.
En mi trastero mental reside un diablo
con síndrome rastrero de cortesía
que se nutre de plegarias y cianuro.

De puntillas recorro por la vida
mascando pedazos de cielo,
mientras tanto este apetito que me pide crear
se alimenta de amor.

Canet.