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jueves, 17 de diciembre de 2015

El dolor habla el mismo idioma.


Me contemplaba en silencio, 

acostada en el lecho ajeno donde descansaba,
sin menearse ni un ápice,
sobre el compacto colchón de aquella existencia
que le había tocado por casualidad.
Me contemplaba sin rencor ni afecto,
con tranquilidad 
-¿qué urgencia puede tener alguien que sabe que la muerte
le ha envuelto con su manto y no se piensa largar sin nadie?-.
Su masa corporal era un saco de piedras
que el paso de la vida había dejado rodar
sobre aquel camastro blanquecino.
Tendría casi noventa años,
con cierta similitud a Ana María Matute
en sus últimos días,
una frágil mujer de poderosas manos,
tal vez un ama de casa, una mujer de esas
capaz de limpiar, coser y cocinar
sin despeinarse.
Me contemplaba esperando 
que le contara algo,
cualquier cuento; 
ya se sabe,
ningún desconocido se acerca
a una mortecina sin una buena causa.
Apenas abrí la boca: 
no entendía su lengua extraña
e ignoraba que el dolor
habla el mismo idioma en todas partes.
Tan sólo supe quedarme quieto,
sosteniendo la mirada, mientras
en la cama vecina un enfermero
estiraba una sábana
sobre el cuerpo muerto de mi abuela.

Canet

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Punto de partida.


Fue tu abuelo quien nos dijo
vocalizando perfectamente
aquella tarde de hospital
y con ese desinterés
con que habla de todo lo significativo:
"existen millares de senderos,
millones de destinos.
Pero tan sólo
un maravilloso punto de partida".

Canet

martes, 15 de diciembre de 2015

Sin título 80




No subestimes jamás 
el poderío de una cerilla,
el aleteo de unos párpados 
ni el temblor de una hoja :
en las cosas diminutas 
encontrarás la causa del incendio. 

Canet

viernes, 11 de diciembre de 2015

Infancia.


¿Y cómo fue tu infancia? 
-me preguntan. 
No existió la infancia, 
sólo oscuras aves 
y seres ávidos de carne, 
largos domingos amarillentos, 
compañeros con cuerpo de hojalata. 
No hubo tal infancia, 
tan sólo una larga demora. 
Las hojas de los árboles 
relucían de noche, como las navajas, 
las tormentas mojaban el gaznate 
de los sedientos. 

Canet

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Árboles.

En los árboles, 
en los ramajes triviales, 
bajo los espesos ajuares de las hojas, 
bajo las túnicas del brillo,
bajo las sensaciones, bajo las aves, bajo los emblemas,
en los árboles se oculta, resopla, gira
la vida silenciosa y somnolienta,
boceto de la infinitud.


Feudos de riquezas brotan en los antepechos
de los árboles de la ciudad.
Los gorriones deambulan
cual diminutos crepúsculos pardos
bajo las pestañas. 

Los prisioneros
hormiguean bajo los caparazones de los frutos,
los caminantes pisotean la broza,
las mujeres de alto tacón se balancean como una ilustrada
abuela sobre un nuevo libro. 

Hopper pinta cielos azules que no menguan.
Bajo esta carpa bailan los payasos.
Kundera escribe igual de bien en francés
que en checo.


Los taxistas conducen lentamente. 
Los autobuses navegan y llegan tarde. Los fugitivos croatas de Belgrado lloran,
en las ramas de los árboles se podrían secar todas las lágrimas,
alguien me pregunta cuál es mi procedencia.

 - Cualquiera- respondo.
El orfeón de almas inmortales ensaya el réquiem de Mozart, totalmente en silencio.
A mi alrededor, en pequeños asientos,
hay seres de color gris.
Una paloma mensajera y hedionda envía
un “mail” con acuse de recibo anunciando la conquista
del primer puesto en el ranking de empresas.
Las ratas no se transforman en príncipes shakesperianos,
en las raíces de los árboles no existen penitencias.
Heródoto zozobra con paciencia dibujando mapas.
Las noches blancas son rebobinadas por Visconti.
Confunden al musulmán con el islámico.

Subsistiremos muchos años en los renglones rectos,
en el balbuceo de la lechuza,
en la ansiedad y el eco del cuervo,
bajo los espesos ajuares de las hojas,
en el aliento de este mundo que continua girando
sin saber hacia dónde ir.

Canet

jueves, 3 de diciembre de 2015

Criaturas.


Somos criaturas de plastilina, 
artículos de supermercado empaquetados,
tenemos una fecha de consumo preferente. 
Carne sin entrañas. 
Personajes amontonados en un almacén 
de códigos, guarismos, cifras de moho, 
pertenencias inútiles. 
Almacenamos desechos: 
toda una vida amontonada en 
ese enorme basurero. 
No hay nada que sea nuestro,
no obstante, más allá de esta pasión
que nos hierve la sangre. 
Criaturas permutables;
acuerdos, ventas, ganancias, posesiones, 
tierras, muertos, cenizas. 

Observad:
la avaricia se ha instalado.
Se ha sentado en tu sofá
y se ha adueñado del mando a distancia y de las llaves.
y te observa desde el espejo

Canet

martes, 1 de diciembre de 2015

Un hombre cualquiera.



Un hombre cualquiera 
ignora qué hacer con un aguacero.
No comprende el aleteo de una mariposa,
por qué gorjean armónicamente los ruiseñores,
qué esconde un cuervo en su nido.

Un hombre cualquiera
se alarma ante un caracol que
sobre la hierba rociada,
tibio empieza a bostezar.
Ante el susurro deslumbrante de un río,
ante un aluvión de astros,
ante tus ojos o una mano amiga,
mueve desorientado su cabeza.

Un hombre cualquiera
no presta atención a los diminutos detalles 
ni escucha el ritmo de las pulsaciones.
Ignora como buscar en silencio la hermosura
que late dichosamente tumbada
bajo el sol, la brisa y la felicidad.

Un hombre cualquiera todavía busca en su cartera
con qué tipo de divisa puede comprar algo de vida.

Canet

lunes, 30 de noviembre de 2015

Sin título 79



Soy inteligente como un detective 
los instantes previos a plasmar la poesía.
Con los versos soy cauteloso:
cada línea es un paso para atravesar el precipicio.
Lejos de la poesía soy ignaro
y la lectura no trae erudición 
sino figuras esculpidas en piedra.

No sé cómo se vuela.
No sé cómo caminar ni hundirme.
Plasmo palabras como balcones.
Me asomo desde ellos 
y nunca pierdo el equilibrio. 

Canet

jueves, 26 de noviembre de 2015

Un mayo cualquiera

Hace un milenio - o en otra vida-
te rogué que me señalaras
cuál de todos esos astros 
que estábamos pisando
eras tú
y me señalaste el más cercano.

No me sorprendió la proximidad,
me extrañó que aparecieras bajo mi paraguas
con una sonrisa y tu corazón galopante
ofreciéndomelo entre tus manos.

No pienses en mí
y no dejes de soñarme
escribiste sobre el diluvio,
más tarde
comenzó a soplar la brisa esperada 

de un mayo cualquiera.

Canet

miércoles, 25 de noviembre de 2015

París



Los árboles de Renoir .
El río de Monet.
El cavilar de Voltaire.
Las putas de Lautrec.
La locura de Maupassant .
Las recetas de Dumas.
La mierda de Rimbaud
La belleza de Baudelaire.
La elegancia de Huysmans.

Y aunque de sobra sé
que nadie jamás podrá
atravesar dos veces la misma ciudad,
yo cruzo cada día
las calles de Montmartre.

Canet

martes, 24 de noviembre de 2015

“Siempre habrá dinero y putas y borrachos” C.B

Hoy mi nombre es José. 
Os cuento que estoy limpiando la casa, 
que casi todo el tiempo limpio la casa porque no he terminado nunca de hacerlo.
Al igual que yo, 
José no piensa en lo que se va a poner, porque cree que es perder tiempo,
vestirse no es decidir una camiseta que combine con el pantalón, ni mirarse al espejo,
vestirse implica pensar lo que van a ver de nosotros: lo que somos.
Nos asusta no ser aceptados.
José regresa al salón y limpia el suelo como si no hubiese mañana.
Piensa que nunca estará limpio,
se sienta y
lee una poesía de Chinaski que dice “Siempre habrá dinero y putas y borrachos”.
José imita:
“Siempre habrá dinero y putas y borrachos”, 

y adopta su dicción únicamente para interpretarlo:
-Algunos dicen que debemos eliminar del poema
los remordimientos personales,
permanecer abstractos, hay cierta razón en esto, pero
¡POR DIOS!
¡Doce poemas perdidos y no tengo copias!
¡Y también te llevaste mis cuadros, los mejores!
¡Es intolerable!-
Siempre habrá dinero y putas y borrachos.

Los dos nos quedamos mirándonos.
Podemos ver nuestras heridas.
Me voy a la cocina y me doy cuenta que el suelo está lleno de restos vegetales 

que he ido acumulando a lo largo de los años.
Debo seguir limpiando el suelo.
Abro el libro del jardinero del mal y leo: 

“Y más tarde, un Ángel, entreabriendo puertas
Vendrá a reanimar, fiel y jubiloso,
los turbios espejos y las muertas llamas.”

Canet

miércoles, 18 de noviembre de 2015

El recuerdo de hoy.


Cuando permitimos que el silencio
se deslice sobre nosotros 
nada atesoramos.

Es nuestro este día
abierto al cierzo 
y a la luz del ocaso.

No nos incomoda 
continuar sentados en la orilla del precipicio
esperando a que otro día aparezca,
con su progreso calmo, 
para encontrarnos.

Ya os lo he dicho mil veces, 
nada poseemos.
Ni urgencias, 
ni tranquilidad, 
ni siquiera evocaciones.
Tan solo somos forasteros,
el recuerdo de hoy
o estas pocas líneas.

Canet

martes, 10 de noviembre de 2015

Esperando.

Cuando espero su aparición 
por las mañanas,
pareciera que el mundo 
pende de una brizna.
¿Qué mierdas son el respeto, 
la locura, la independencia,
ante el dulce invitado de música iluminada?

E irrumpe una vez más,
me observa firmemente
y me quita la chaqueta.
Le pregunto:

-¿Fuiste tú quien dictó 
a Baudelaire los versos del mal?-
Y me contesta: 

- Eso dicen.

Canet

martes, 3 de noviembre de 2015

Salvándome.


Y había lamentos 
y armarios-féretro, 
y subterfugios, 
y gritos, 
y cristales rotos 
y libros amables, 
peligrosos, 
y mesas de madera 
rotas, 
y grandes hombres grises 
en la caja tonta, 
y personajes misteriosos ocultos 
en las sombras, 
al lado de la cama. 
Aunque 
siempre 
el silencio de la soledad 
estuvo 
salvándome.

viernes, 30 de octubre de 2015

Amar.


Una tarde estando en la cocina
cociendo unas verduras para cenar y de espaldas a la puerta,
ella entró y me dijo:
-Estás agotado.

Aquella noche,
de la misma forma que ella observó
con toda claridad que yo estaba agotado,
yo me percaté,
con la misma nitidez,
de que amar es asimismo
saber deletrear en la espalda de aquella persona a la que amas.
No en el rostro, 
no las manos, 
ni los ojos, 
ni en lenguaje mudo:
una espalda solitaria
bajo la macilenta luz de la cocina.

Canet

miércoles, 28 de octubre de 2015

Estéril.


Es espantoso no saber qué camino tomar.

Llevas la ciudad como una chaqueta.
Algunas cosas son compañeras, otras
dejaron de hablarte hace tiempo.
Los amores de siempre aguardan en las esquinas; 
frente a los escaparates 
el reflejo de las mujeres se deteriora. 
Brota la soledad.

Rechazas diversas invitaciones,
no devuelves las llamadas y has negado ayuda
a aquellos que te necesitaban.
A solas en un desierto creado por ti
has arrojado señales, deseos.

Qué estéril saber que adonde quieres llegar
se encuentra allá en alguna parte. 
Los autobuses no pasan por allí.
No hay estación de tren.
No quedan taxis en la ciudad y la bicicleta 
está rota. 

Canet

miércoles, 21 de octubre de 2015

Discúlpame.

Señor todopoderoso, Creador o ser superior 
ten clemencia de los desgraciados ignorantes 
que desconocemos las bases de la gramática 
y atontados en armonías facilonas 
olvidamos la tabla de multiplicar. 

Vamos avanzando como podemos
-con más pena que gloria-,
aprendiendo las cosas trágicamente
por este planeta que tú construiste
en tan sólo una semana.

Lo confieso
soy un gran ignaro, bien lo sé.
Jamás pude comprender para qué pueden
servir muchas desgracias que toleras y quizá autorizas.
Respetuosamente quisiera preguntarte,
interrogantes minúsculos como esquirlas
de cristal
sobre las lobas que aúllan obstinadamente
y por la falta de clase de muchos,
pero después aparecen unos señores
cargados de libros
y amasijos grises repletos de erudición,
con datos precisos, fechas exactas,
espantosamente indiscutibles, irrespirables.
Pero ninguno de ellos sabe nada de ramajes,
de las aves de invierno,
de las hojas que tiritan en el asfalto y
que siempre estuvieron sobre mi tejado.

Discúlpame dios, tanta gilipollez
y ten clemencia de nosotros, de los ignorantes
que caminamos por la senda del azar
con ojos inflamados
en la cálida embriaguez de los versos.

Canet

martes, 20 de octubre de 2015

No me vengas.


-No me vengas con tus océanos de temores inesperados. 
Ni con tu vacilación escondiendo cobardía. 
No me vengas con interrogaciones 
que no desean soluciones. 
Ni con la argumentación de extremidades 
agotadas de tanto remar. 
No vengas con movimientos sosegados 
que alardean seguridad, 
ni con certezas que bien podrían ser trapecistas en paro. 
No, no me vengas con tu pose circunspecta 
determinando qué es justo y que no. 
No me vengas con filosofías argentinas 
de esas asequibles, 
cuando bien vendría un silencio rotundo, 
y no me vengas con que te joden mis protestas 
porque a mí, 
me consume la ineptitud de tus acciones.- 

Entonces dije: "-Creo que ni yo lo podría haber dicho mejor"- 
Y llené otra copa de vino...

Canet

lunes, 19 de octubre de 2015

Cebollas, garbanzos y vino.

Cebollas, garbanzos y vino. 
Cebollas, garbanzos y vino. 
Me repito una y otra vez la lista de la compra 
por temor a olvidar algo. 
Cuando era más niño recordaba todo sin esfuerzo. 
Versos gongorinos, idioma de signos, títulos y autores,
cebollas, garbanzos y vino.
Me desoriento porque alguien me ha silbado a lo lejos.
Soy el vástago de la lluvia y asociado de la brisa
y puedo ver a Perseo sosteniendo la cabeza de Medusa
mientras me diluyo entre la caterva cotidiana.
Solo unos instantes después vuelvo a restaurarme
para terminar con mi cometido,
cebollas, garbanzos y vino.
La cajera del supermercado me sonríe
con su boca descuidada,
podría timarme como lo ha hecho en otras ocasiones.
Cebollas, garbanzos y vino.
Cada día precisamos de más cosas y carecemos de lo fundamental,
tal vez podría plantar todo lo que necesito,
pero continuamos teniendo dueños…
cebollas, garbanzos y vino,
cebollas, garbanzos y vino.

Canet

viernes, 16 de octubre de 2015

Vacío.


Hoy estuve andando entre zombis.
Entre tiendas de luz dorada.
Una mujer lava los pies
a su moto.
Portales descuidados
al lado de cubos de basura
y mujeres para alquilar 
que indican ser ineficaces
una vez cobren.
Brotan ventanas de los tiestos
y un arcaico calefactor está
enroscado a un perro muerto.
Busco entre los arboles 
el principio de mi reaparición.
Me siento vacío
cuando todo el mundo me sonríe.

Canet - Foto de Brassai -Gyula Halász

Sendas

Existen sendas con rumbo incierto que llevan hacia un futuro impredecible,
hay senderos con carriles y prejuicios, hay sendas
sin fin, sin comienzo, sin hoy, sin ayer. 
Y hay senderos de retorno, saturados de mundología y asperezas,
sendas de enseñanza tardía, sendas de remordimientos y destierros.

Mientras haya un sendero con dirección a algún lugar
no te detengas...
la vida es caminar sin treguas permanentes,
sin retrasos ni prisas.

La vida es una senda eterna,
un sinnúmero de tropiezos imprevisibles,

Siempre hay un sendero,
jamás lo atravieses sin riesgo alguno.

Canet

jueves, 15 de octubre de 2015

Detalles.


Hoy disfruto de una vida amarrada a la madre tierra, 
mañana seré mucho más grande, como dos Canet 
en un planeta de brújula inalterable. 
Siempre ha radicado en esos detalles, 
en perseguir los sueños y consumirlos; 
la inseguridad debe ser un problema gástrico 
o un daño colateral de aquella niñez 
que siempre intento olvidar. 

Tan solo conozco dos idiomas, el silencioso es mi favorito 
y veinte horas de vigilia como veinte uñas, 
locura completa con su cordura 
rimando en mi sistema respiratorio. 

Qué linda es la palabra titubeo 
me gustaría tanto saber bailar. 

Llevo ya algunos años transitando 
por esta perpetuidad de senderos poéticos 
y se obstaculiza esta sensación de tener siempre 
algún asunto por terminar, 
y mi vida en un cajón de madera 
que no es mía 
ni del tipo de ojos castaños. 

A día de hoy tengo a los miedos encarcelados, 
el mimetismo aguzado, y mañana 
mañana dejará de dañarme el pasado. 
Sencillamente ojos con más brillo 
y menos cabello, algunas canas 
y no obstante 
esta carne, músculo que palpita y entrañas, 
pellejo y felpudo de palabras, 
este corazón y el tuyo son los únicos 
que me acompañan 
hasta que no haya más puestas de sol 
y me cubra el musgo.

miércoles, 14 de octubre de 2015

El lugar donde nací.

El lugar donde nací 
no es una condecoración para llevar en la solapa,
ni un estandarte, ni una bandera, 
ni una marca ni un estigma.

El lugar donde nací
son diversas armonías que nacen de los astilleros
y de los campos agujereados por el sudor labriego,
es el inmenso sendero de pasos amistosos
y de estómagos furiosos de los desocupados;
no es un Saturno mi país que devore a sus vástagos,
ni tampoco es una eterna deuda con el pasado.

El lugar donde nací
es el plañido de los que no tienen nada,
es el aullido afónico que implora contra la iniquidad;
mi país
tiene lagunas y no todos reflexionan.

Es tan largo el lugar donde nací como sus inviernos,
como una hendidura que no tiene límites,
limita a la derecha con un mar de incertidumbres
y al sur con un océano de altas fronteras.

Canet

Sin título 78

Silencioso
y entristecido
como un niño 
sin ilusión,
busca el día 
mi mano y
recorremos el cielo
destrozando frases
haciéndolas trizas
escribiendo mal adrede
porque ya hay otros
que lo hacen muy bien y
nada sucede
solamente
levantan admiraciones
y encandilan.

Canet 

martes, 13 de octubre de 2015

Un mundo distinto.

He fabricado
un mundo distinto, un árbol, una bandada.

He escrito poemas, relatos,
testamentos, misivas a Belcebú.

He plantado lechugas, a todas las mujeres posibles
y a los mal llamados amigos.

Y he tenido una casa sin infancia,
una familia y miles de noches
en las que medicarse con gusto.

Soy, podría decir,
un tipo completo:
es el indicio de mi progreso por la vida.

Ahora ya lo sabéis,
todo en una bolsa
y al cubo amarillo.

Canet

viernes, 9 de octubre de 2015

Mundo.


Si pienso en esta palabra:
mundo, 
empapo de sudor la camisa 
como un labrador en su cultivo.
Tengo plantas y un par de tomates en casa,
algunos libros que esconden desdichas humanas,
el patio, tres ventanas, las películas,
el abundante calvario de las calles,
mi cama, 
la ansiedad por tu carne,
y el recuerdo de la abuela, 
convencida de que presto atención a sus advertencias.
Si pienso en esta palabra:
mundo, 
comienzo a engendrar una poesía y eso me consume,
pues la dificultad es que la palabra mundo 
no me autoriza dormir,
y como el escritorio del que intenta ser poeta
no se creó para descansar
he de pensar y plasmar esta palabra 
–mundo, 
para todo el día o resto de vida.
Si pienso en la palabra firmamento 
para estimular mí sustancia,
si plasmo la palabra firmamento, 
sin esperarlo apareces y lo ocupas todo,
un lujo para el que te piensa.